Mientras te obsesiones en tratar de olvidar, vas a recordar más.

No pretendas olvidar algo que sabes que siempre estará ahí. Esa cicatriz que se te queda después de cada pelea, cada desilusión, cada fallo, cada momento de tristeza, cada arrepentimiento que surge cuando haces algo mal, cada pérdida...Esa maldita sensación de dolor que tienes cada vez que recuerdas cada momento que tu cara dejó de mostrar felicidad para mostrar tristeza. Ese mundo que se te viene encima cada vez que piensas que nada tiene sentido después de todo. Recuerdos malos, pero al fin y al cabo recuerdos que han marcado en tu vida, que sirven para fortalecer a cada uno, parano volver a cometer los mismos errores que se cometen una vez y para decir: Sí, yo he estado ahí pasandolo mal pero he sabido salir adelante. Sí, yo lo conseguí. Sí, yo fui capaz de volverle a sonreir a la vida.Hay que aceptar que aunque digas que has olvidado algo, jamás será cierto, ya que ese dolor que sientes al recordarlo solo es una mísera prueba de que las cosas no se olvidan. Que siempre habrá algo que te lo recuerde y te haga sentir esa rabia de saber que pudiendo ser feliz, tuvistes que pasarlo mal y como rencor quizás culpar a la otra persona u ocasión de tal hecho, aún sabiendo que la culpa pudo ser tuya.Tal vez el tiempo sea el único de compensarnos haciendonos olvidar esos recuerdos que desgarrarón una vez nuestro corazón y dejaron su cicatriz como muestra.